La tercera entrega del reconocido autor, complementa sus 2 libros anteriores, Sapiens y Homo Deus. Si no los han leído recomiendo hacerlo, aunque no es requisito para leer este libro. Debo decir que “21 lecciones” no me gustó tanto como los dos primeros libros, ya que en este el autor se permite aportar una visión más personal que científica y básicamente refuerza ideas o conceptos que ya había propuesto en los anteriores libros referentes a la tecnología, evolución, y política. (Es curioso, como juzgamos un autor cuando ya hemos leído algo de él antes y tenemos cierta “expectativa”. Quizá en eso se base un poco mi apreciación.) Sin embargo, lo que más rescato es el hincapié que hace Yuval en prepararnos para la próxima gran revolución tecnológica, que de hecho estamos viviendo. Las grandes compañías tecnológicas poseen las herramientas para convertirse en los próximos dictadores que el mundo conocerá y que a diferencia de sus predecesores: tendrán muy pocas limitantes. (Esto último es más una opinión personal que un planteamiento directo del autor, aunque él apunta a lo mismo). Actualmente pasamos demasiado tiempo en redes sociales, atrapados en el “scroll” que está hecho para capturar nuestra atención y jugar con nuestros niveles de dopamina, sin ser conscientes de que detrás hay “Big Tech’s” almacenando toda la información que les proporcionamos para entender nuestros patrones de comportamiento y saber exactamente como “vendernos” cualquier cosa. Pero no solo eso, sino que incluso llegar a cambiar nuestra forma de pensar y comportarnos. Esto es una bomba atómica en manos de políticos con ansias de poder, que sólo buscan perpetuar y asegurar sus privilegios. Es ahí donde tenemos que preocuparnos. Creo que si los algoritmos quieren venderme exactamente lo que necesito en el momento que lo requiero puede ser algo místico y beneficioso, pero de ahí a modelar nuestras opiniones políticas hay sólo un paso, o ninguno. ¿Qué hacer? El llamado es simplemente a no dejar “atraparnos” si aún queremos conservar nuestra identidad y aún queremos que nuestra vida tenga algún propósito más allá de ser meros números en la cartera de inversionistas o votos para algún político.
La tercera entrega del reconocido autor, complementa sus 2 libros anteriores, Sapiens y Homo Deus. Si no los han leído recomiendo hacerlo, aunque no es requisito para leer este libro. Debo decir que “21 lecciones” no me gustó tanto como los dos primeros libros, ya que en este el autor se permite aportar una visión más personal que científica y básicamente refuerza ideas o conceptos que ya había propuesto en los anteriores libros referentes a la tecnología, evolución, y política. (Es curioso, como juzgamos un autor cuando ya hemos leído algo de él antes y tenemos cierta “expectativa”. Quizá en eso se base un poco mi apreciación.) Sin embargo, lo que más rescato es el hincapié que hace Yuval en prepararnos para la próxima gran revolución tecnológica, que de hecho estamos viviendo. Las grandes compañías tecnológicas poseen las herramientas para convertirse en los próximos dictadores que el mundo conocerá y que a diferencia de sus predecesores: tendrán muy pocas limitantes. (Esto último es más una opinión personal que un planteamiento directo del autor, aunque él apunta a lo mismo). Actualmente pasamos demasiado tiempo en redes sociales, atrapados en el “scroll” que está hecho para capturar nuestra atención y jugar con nuestros niveles de dopamina, sin ser conscientes de que detrás hay “Big Tech’s” almacenando toda la información que les proporcionamos para entender nuestros patrones de comportamiento y saber exactamente como “vendernos” cualquier cosa. Pero no solo eso, sino que incluso llegar a cambiar nuestra forma de pensar y comportarnos. Esto es una bomba atómica en manos de políticos con ansias de poder, que sólo buscan perpetuar y asegurar sus privilegios. Es ahí donde tenemos que preocuparnos. Creo que si los algoritmos quieren venderme exactamente lo que necesito en el momento que lo requiero puede ser algo místico y beneficioso, pero de ahí a modelar nuestras opiniones políticas hay sólo un paso, o ninguno. ¿Qué hacer? El llamado es simplemente a no dejar “atraparnos” si aún queremos conservar nuestra identidad y aún queremos que nuestra vida tenga algún propósito más allá de ser meros números en la cartera de inversionistas o votos para algún político.
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