Recuerdo que una profesora nos pasó un video de este libro o cuento en el colegio, pero en aquel momento no entendí absolutamente nada. No sé si simplemente no puse atención o me pareció que sólo era la historia de unos ratones persiguiendo queso. Ya más adulta, me ha entrado la curiosidad por el libro, al leer el título y toda las críticas positivas que ostenta. El libro se publicó en 1998, pero sigue gozando de cierto renombre y popularidad. En la última feria del libro a la que asistí FILSA 2018, costaba nada menos que $12990. Por cierto, no lo compré; lo leí en una tarde o menos, en la biblioteca de Santiago y me ha gustado bastante. Así que les voy a hacer un buen resumen, para que puedan presumir de haberlo leído (si son lo bastante mitómanos para hacerlo)
La historia o cuento comienza con una reunión de compañeros de curso, que no se ven hace muchos años, todos con sus vidas y problemas armados. Cuando uno de ellos saca a colación el cuento que le ayudó en su empresa a afrontar ciertos problemas, y que podían aplicar ellos también en sus carreras. El cuento se titula: ¿Quién se ha llevado mi queso? y tan sólo tiene 4 personajes que se desenvuelven en un laberinto. Dos ratones: Oliendo y Corriendo (Oli y Corri), y dos humanos (imagínenselos pequeñitos, del tamaño de ratones) Kif y Kof. Como es de suponer las ratas son más instintivas y los humanos más razonables.
Los cuatro personajes tienen un sólo objetivo: conseguir queso para alimentarse. Para eso salen cada día desde sus casas, recorriendo los laberintos hasta encontrar el tan preciado queso. Un día tienen la suerte de encontrar una especie de "central quesera" repleta de queso, que les alcanzaría prácticamente para una vida entera, o así les pareció al ver las montañas de queso. Felices los cuatro (no recuerden esa canción) comienzan a gozar del nuevo hallazgo y se regocijan cada día de lo afortunados que son al tener todo ese queso para ellos. Los más felices son los humanos, y son los primeros en colgar su uniforme y zapatos para buscar queso, pensando que no lo volverían a necesitar jamás. Pero nada es eterno, y sin previo aviso, el paraíso del queso un día se agotó. La reacción de los ratones fue rápida, pues Oli, ya había "olido" un olor a rancio en el queso, que le indicó que pronto tendrían que buscar más y Corri, no tardó en encaminarse a una nueva búsqueda, los dos desaparecieron en busca de más reservas. En cambio, nuestros semejantes no podían creer el escenario frente a sus ojos, buscaron con desesperación en el mismo lugar, el queso debía estar "escondido" en alguna parte, el más afectado fue Kif, quién no dejaba de lamentarse y sólo pensaba en las represalias que tomaría en contra de los responsables, pues alguien debía tener la culpa, y exigiría una indemnización, Kof era un tanto más optimista o razonable, pero las quejas de su amigo terminaban por convencerlo de que el queso volvería a aparecer.
Hasta que un día, el hambre y la pérdida de fuerzas convenció a Kof de que quedarse en el mismo lugar, era peor que salir y tener la posibilidad de encontrar más queso, en vano intentó convencer a su amigo Kif de acompañarlo, pues él no perdía las esperanzas o no salía de su terquedad. Así nuestro amigo comienza su aventura, y en su travesía va aprendiendo pequeñas lecciones que decide escribir en las paredes del laberinto, tal vez con la esperanza de que animaran a Kif si es que decidía salir de su "zona de confort" y que lo motivaran a seguir adelante. En un momento, incluso decide volver a buscarlo, pero Kif no accede.
Una de las primeras anotaciones de Kof es:
¿Qué harías si no tuvieses miedo?
Kof toma conciencia de que si no hubiera tenido miedo, y hubiera salido antes como los ratoncitos, tal vez, ya habría encontrado un queso nuevo.
Si no cambias, te extingues
De no atreverse a salir, Kof habría continuado como su amigo, recluído en el mismo lugar, sin ninguna posibilidad de hallar un queso nuevo, en el camino va encontrando pequeños quesos que le van animando a seguir en su búsqueda de nuevas reservas.
Huele el queso a menudo para saber cuándo empieza a enmohecerse
Kof reflexiona acerca de esto cuando recuerda que hubo señales de que el queso se estaba terminando, pero simplemente no les hicieron caso.
Cuanto antes se olvida el queso viejo, antes se encuentra el nuevo queso
Kif continuaba aferrado a la idea idílica de su antiguo queso, y esto no le permitía siquiera imaginar que pudiera existir algo semejante, ni mucho menos superior a esto.
Las viejas creencias no conducen al nuevo queso
Kof se imagina que con el tiempo que no veía a los ratoncitos, ellos ya debían de estar gozando de algún nuevo queso, y esto le anima a continuar buscando.
Cuando ves que puedes encontrar nuevo queso y disfrutar de él, cambias de trayectoria.
En el camino, Kof va encontrando pequeñas reservas de queso, no tan grandes como la central quesera, pero esto le convenció de que había más queso.
Notar enseguida los pequeños cambios ayuda a adaptarse a los cambios más grandes que están por llegar.
Oler constantemente el queso, advertir las señales y estar preparados para nuevas búsquedas.
Finalmente Kof encuentra una nueva reserva de queso mucho más grande que la anterior, la "central quesera N" que cuenta con muchas más variedades de queso que Kof nunca había probado, además se encuentra allí a los ratoncitos, que ya desde hace mucho, gozaban de la reserva nueva. Pero esta vez, Kof aplica las muchas lecciones aprendidas y constantemente huele el queso para ver si se está enmoheciendo o terminando y no se confía en que el queso será eterno. De su amigo Kif, espera que decida salir por sí mismo y tal vez guiarse por las señales que le deja, pero no lo vuelve a buscar porque esta debe ser su decisión.
Cuando termina de contarles el cuento a sus antiguos compañeros, estos comienzan un debate acerca del mismo, relatan sus experiencias en negocios o trabajos y como este cuento les habría ayudado a tomar mejores decisiones de haberlo conocido antes. E incluso, se dan cuenta que perfectamente pueden aplicarlo a sus relaciones personales de pareja, cuando ambos están empecinados en tener la razón y estar enfocados en el mismo problema, en lugar de cambiar el enfoque, "encontrar un nuevo queso" que les permita continuar sin aferrarse a las viejas creencias y mismos problemas.
Todos alguna vez hemos sido Kif, y esto es completamente normal, somos por naturaleza resistentes al cambio, por esto es importante conocer historias como estas que nos ayuden a reflexionar, perder el miedo, y cambiar nuestro enfoque. También tenemos mucho de Oli, siempre hay señales, pero muchas veces las ignoramos, y esto me recuerda una frase de Ayn Rand: "Puedes ignorar la realidad, pero no las consecuencias de ignorar la realidad", así que no logramos nada con ese excesivo pensamiento positivo de que lo peor no ocurrirá, sobre todo si hay un "olor a rancio" en el ambiente que nos quiere decir algo. De Corri aprendemos la importancia de actuar, esto siempre es mejor que quedarse paralizados. Todos deberíamos llegar a ser Kof, pero el del final, previsor y sin miedo de volver a perder su queso. Kof aprendió que es responsable de sí mismo, y que lamentarse o buscar culpables sólo es una pérdida de tiempo.
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