Jesús es misterioso por el hecho de que algunos
investigadores afirman que no existió y forma parte de una leyenda que se
perpetúa desde el antiguo Egipto. Para otros investigadores su existencia no
tiene duda y, aunque arqueológicamente no se ha podido demostrar, todo induce a
pensar que hace más de 2000 años existió un hombre que con sus palabras
trastocó el mundo. Así comienza la lectura de esta investigación que en dos
partes examina la figura de Jesús, por un lado basándose en los evangelios
ortodoxos, y por otro en los evangelios gnósticos de los manuscritos de Nag
Hammadi y pergaminos de Qumrán. Descubiertos en 1947.
Los evangelios del Nuevo Testamento, ofrecen una versión de
Jesús muy contradictoria. A veces es un pacifista y en otras ocasiones muestra
su ira, además de contradecirse para relatar el mismo hecho en la vida de Jesús,
varias veces. Estos evangelios fueron escritos por personas que no lo conocieron
realmente, aproximadamente 100 años después de su muerte, basándose en la
tradición oral. Los evangelios nos hablan de Jesús cuando niño, y ya adulto
predicando. Un niño que se escapaba de sus padres para ir a discutir con
hombres eruditos del templo. Posterior a esto no tenemos mucha información
sobre él. Y es donde se presume, formó su pensamiento y se educó de alguna
manera. Los manuscritos de Nag Hammadi, por su parte, revelan una religión
antigua con muchas similitudes al cristianismo. La de los esenios. Por alguna
razón, a pesar de ser contemporáneos no se mencionan en la biblia. Resulta que
los esenios tenían muy desarrollado el concepto de Mesías, un hombre que
llegaría a salvar a la humanidad, y se presume por sus características que Juan
Bautista formaba parte de esta secta, y era el competidor más directo de Jesús.
Sin embargo, Juan Bautista, cedió el protagonismo a Jesús, y este quedó
consolidado como el mesías con la muerte del bautista.
En los manuscritos de Nag Hammadi tenemos a un Jesús muy
diferente al de los evangelios, uno que nos habla de iluminación en vez de
pecado. Y que tiene todavía más similitudes con religiones como el budismo o
hinduismo. Hasta el día de hoy existe una disputa descarnada entre católicos,
judíos y científicos que reclaman la totalidad de estos textos que deberían
considerarse parte del patrimonio universal de la humanidad y al que todos
debieran tener acceso. ¿Será que Jesús no es, después de todo tan especial como
siempre se ha defendido? ¿Es esto necesariamente algo negativo? En los
evangelios gnósticos Jesús les daba mucha importancia a las mujeres, y
ciertamente María Magdalena tiene un lugar muy especial siempre a su lado. También
los apóstoles, tenían cada uno sus parejas, pero esto no se menciona en la
biblia y solo se habla de las mujeres de los apóstoles como sus hermanas.
Sin ahondar en otros muchos detalles, como similitudes con
tradiciones egipcias, el mito del Santo Grial, que no se menciona hasta después
de 1190 cuando fue inventado el cuento por Chretien de Troyes, la posible crucifixión
de Jesús en un árbol en lugar de una cruz. Dejaré la invitación a revisar el
libro y abrir nuestra mente. Sé que muchas personas religiosas pueden llegar a
sentirse ofendidas con investigaciones como esta. Por lo que cabe aclarar, que
en ningún caso es este el objetivo del autor, sino encajar los hechos con las
pruebas, contrastar evidencias, y obtener conclusiones que no dejen vacíos en
nuestra mente. O los disminuyan, porque realmente, nunca dejamos de aprender, y
no existe la pretensión de decir “esta es la verdad”, sólo atrevernos a conocer
desde otra perspectiva un personaje tan interesante como Jesús de Nazaret.
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